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Reinventar la arquitectura

En esta nota, la arq. Pilar Lucena, coach educativa y fundadora de FORMA, comparte una mirada actual sobre cómo reinventar la forma de ejercer la arquitectura, explorando nuevos modelos de negocio sostenibles, creativos y alineados con los desafíos del presente.


¿Alguna vez sentiste que la carrera te dio todas las herramientas para proyectar, pero pocas para vivir de eso? A mí sí. Y lo sigo viendo en cada curso en FORMA, en cada charla y en cada mensaje que recibo de jóvenes profesionales con talento, ganas, ideas... pero desorientados cuando se enfrentan al mundo real del trabajo. Por eso hoy quiero hablar de algo que me parece clave para quienes estamos construyendo una carrera en arquitectura: los nuevos Modelos de Negocios.


Ejercer como arquitectos hoy es muy distinto a como era hace veinte años. El escenario cambió y, con él, también cambiaron las oportunidades. Ya no se trata solo de abrir un estudio y esperar que lleguen los clientes. Hoy podemos (y necesitamos) diseñar una forma de trabajar que se adapte a lo que somos, a lo que nos interesa, y sobre todo, a cómo queremos vivir. Porque sí, ejercer nuestra profesión está cambiando. Hoy, las reglas del juego son otras. Y quienes aprenden a jugar con creatividad, estrategia y visión, marcan la diferencia.


Una de las claves de esta nueva etapa es pensar nuestro perfil profesional como un Modelo de Negocio. Esto implica hacer algo que en la facultad no nos enseñaron: preguntarnos cómo vamos a generar valor y a quién, y cómo vamos a vivir de eso. Empezar a pensarnos no solo como proyectistas, sino como profesionales que ofrecen valor y solucionan problemas reales. Eso implica tomar decisiones estratégicas: ¿Qué servicios vamos a ofrecer? ¿A quién? ¿Cómo vamos a diferenciarnos? ¿Dónde está el ingreso que nos permite sostenernos y crecer?


En los últimos años conocí colegas que eligieron especializarse en visualización arquitectónica, en gestión de proyectos, en diseño de interiores o del paisaje. Otros que venden plantillas, cursos, asesorías. Algunos que hacen desarrollo inmobiliario a pequeña escala y otros decidieron dedicarse al arte. Todos encontraron formas de monetizar su conocimiento desde lugares distintos al estudio tradicional. No porque “renuncien a la arquitectura”, sino porque la están redefiniendo.


Y en ese camino, la tecnología es una aliada enorme. Nos permite trabajar más eficientemente, comunicar mejor lo que hacemos y ampliar nuestra presencia profesional. Una buena estrategia digital, aunque simple, puede abrirte puertas reales.


Desde herramientas súper potentes como BIM, hasta redes sociales y newsletters, hoy podemos mostrar lo que hacemos, construir una audiencia, y ofrecer nuestros servicios más allá de nuestra ciudad. Pero cuidado: no se trata solo de “estar en Instagram”. Se trata de comunicar con propósito, de construir una marca personal auténtica, y de generar comunidad. Porque las oportunidades reales surgen cuando logramos conectar con otros desde un lugar genuino.


A veces sentimos culpa por “salirnos del molde” tradicional. Pero emprender, diversificar e innovar no es renunciar a la arquitectura. Es, justamente, hacerla sostenible en el tiempo. Darle una forma que nos permita vivir de lo que amamos, sin agotarnos ni frustrarnos en el intento. Reinventar nuestra forma de ejercer no es traicionar la profesión. Es animarnos a diseñarla a nuestra medida. A mí, al menos, me resulta más inspirador pensar mi trabajo como un proyecto que también se puede redibujar, reformular y volver a empezar.


Y eso, en el fondo, también es arquitectura. En FORMA creemos que cada arquitecto puede diseñar su propio camino. Y que ese camino empieza por animarse a pensar distinto.


¡Nos leemos en la próxima nota! 🙂

Pili.


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